Big, quisiera ser grande…

El fin de la historia será el comienzo de la paz: el reino de la inocencia recobrada. Octavio Paz

El pasado fin de semana de nueva cuenta pude recordarla. Gracias a la interminable biblioteca que ofrece el servicio de video bajo demanda de Netflix. La comedia norteamericana de finales de los 80´s titulada Big hizo su estreno en casa una vez más, después de 27 años de su presentación. Protagonizada por Tom Hanks, este ameno filme trata de un pequeño pre adolescente de tan solo 12 años de edad: Josh Baskin.

La trama se desarrolla cuando a Baskin le es negado el acceso a una atracción mecánica llamada el anillo de fuego. La intención de dar dicho paseo por parte de Josh era para impresionar a Cynthia Benson, una chica mayor que él. Desafortunadamente la estatura le impidió demostrar su hombría. Es así que decepcionado en su andar se topa con la máquina de la adivinación de nombre Zoltar Speaks. Luego de echar una moneda y desearlo con todas sus fuerzas y en voz alta, Baskin pide ser grande. Acto seguido la maquína dispensa una tarjeta en la que se lee «tu deseo ha sido concedido». La mayor sorpresa es cuando nos percatamos de que el cable que alimenta la energía de la máquina estuvo desconectado en todo momento, por lo que se entiende que algo increíble, incluso sobrenatural ha tenido lugar.

Así es como nuestro protagonista crece de un momento a otro. 18 años más le hacen ver como un adulto post universitario, el único confidente de su acelerado envejecimiento es su mejor amigo Billy Kopecki y solamente después de cantarle una canción que solamente ellos dos conocen. Su madre se rehusa a creerle, lo echa de casa y reporta ante la policía como desaparecido. Por tanto, Josh y Billy idean un plan para sobrevivir en lo que encuentran la máquina de la adivinación que devolvería a Josh a su edad natural. Así es como los inseparables encuentran en el periódico una oferta de trabajo en computadoras por parte de una juguetería de nombre MacMillan. El ahora maduro Baskin se presenta a la entrevista y es instalado de inmediato.

Mezclando sus habilidades infantiles como la cretividad, la curiosidad, la honestidad e inocencia, en poco tiempo se gana la aprobación del dueño de la compañía, el Sr. MacMillan y de una alta ejecutiva, Susan Lawrence. De tal suerte coinciden empleado y empleador en la conocida juguetería neoyorkina FAO SCHWARZ de la quinta avenida. Después de una breve charla ambos suben a la segunda planta en donde un icónico y grande instrumento musical: un piano, los espera para interpretar una emotiva melodía. Josh es promovido a una mejor posición y trasladado a una oficina para él solo. Tiene su primera cita con Susan al invitarla a casa luego de un aburrida recepción. Ambos se trasladan en limosina hasta la casa de él. La sorpresa de Lawrence al entrar al departamente es al encontrarse con un jardín de niños y no con el típico apartamento de un solterio exitoso. Hay juguetes por doquier, brincolines, arcadias y hasta una máquina vending de refrescos. Al fondo, una litera colorida de rojo. Después de divertirse como niños durante horas se da paso a la hora de dormir. «Pido arriba dice Josh» saltando sin dudar un segundo en la cama superior. Su acompañante no puede disimular su sorpresa ante el comportamiento antinatura de su compañero, pero decide pasarlo por alto y cerrar los ojos. La amistad y el compañerismo, se convertirán mas tarde en un inocente amor.

Una de esas películas de humor blanco que te hace reír y pasar un rato agradable en compañía de los tuyos. Ampliamente recomendada para todo el público, en especial para los peque de la casa que han deseado pasar su niñez y cambiarla por la adultez.

Moralejas y enseñanzas las hay, y muchas:

– Si pides algo con todas tus fuerzas y tienes fe en que sucederá, ten por seguro que así será.

– Tener un verdadero amigo, un invaluable tesoro.

– El desarrollo de un producto no sólo es cuestión de números, sino de empatía y entendiemiento del público objetivo.

– Vive las diferentes etapas de tu vida de la mejor manera y con toda intensidad. No es posible saltarse ninguna de ellas.

– El amor y el cariño son como plantas, se deben regar y mantener todos los días. No son sustituibles por cosas materiales.